Seguramente todos sabéis que los apóstoles que adornan el frontispicio de la basílica de Arantzazu se deben al genio de Oteiza.
A día de hoy, no deja de extrañar a propios y extraños que, en lugar de los doce apóstoles cuyos nombres aprendimos de jóvenes en las clases de Religión, contemplemos catorce descarnadas esculturas de tres metros de altura en piedra caliza que ocupan los doce metros de friso.
Y encima de ellos: La Piedad.
Y encima de ellos: La Piedad.
El escultor siempre explicó que su intención era recoger la idea abstracta de la apostolicidad como comunidad abierta al exterior, obviando su número bíblico.
Pero la iglesia, no entendió o no quiso entender al artista, y cuando se inauguró la Basílica el 30 de agosto de 1955, las esculturas de Oteiza no estaban donde debían de estar.
La Comisión Diocesana de Arte Sacro, con el obispo de San Sebastian (Font y Andreu) a la cabeza, vetó la obra del artista. En sus argumentos, venía a decir que ..."los artistas se extraviaron por las corrientes modernistas, que no tienen en cuenta los preceptos de la Iglesia en materia de Arte Sagrado".
Casi casi, solo les faltó plantear la excomunión.
Casi casi, solo les faltó plantear la excomunión.
La obra de Oteiza, durmió durante 14 años, en las cunetas próximas a la Basílica.
Solamente tras la muerte de Font Y Andreu, se desbloqueo la situación y Oteiza pudo volver afortunadamente a Aranzazu a terminar su obra, aunque había jurado "que jamas volvería por allí".
En 1966, la Comisión Diocesana de Arte Sacro, levantó el veto y el 1 de noviembre, Oteiza se puso manos a la obra. A mediados de junio de 1969, los 14 apóstoles estaban colocados en el friso y el 21 de octubre, se pudo colocar La Piedad.
Bien, hasta aquí la parte seria de la historia de los apóstoles de Oteiza. Como suele suceder con mucha frecuencia, toda historia tiene su anécdota y la de este friso y sus apóstoles, es la siguiente:
Nadie hasta el momento ha citado la aportación apostólica de Arrasate a la grandiosa obra del escultor.
Nadie hasta el momento ha citado la aportación apostólica de Arrasate a la grandiosa obra del escultor.
Como podéis ver en las fotografías adjuntas, la aportación arrasatearra no fue baladí. Ahí podéis contemplar a unos cuantos populares mondragoneses que por causas ajenas a su voluntad, quedaron fuera del friso.
Ahora que se cumplen cincuenta años de su colocación, vemos con pena que dos de ellos ya no están entre nosotros.
Pero en su día, ¿Qué pintaban en ese lugar…? ¿Acaso no había en Arantzazu lugares más divertidos para unos jóvenes mondragoneses?
¿Podrían haber sido los modelos en los que se basó Oteiza para esculpir sus catorce apóstoles?
¿Podrían haber sido los modelos en los que se basó Oteiza para esculpir sus catorce apóstoles?
Parece difícil que semejantes elementos estuvieran esperando su ingreso como futuros frailes franciscanos. Sabemos que fueron a Urbia a pasárselo bien y durmieron en una txabola de pastores. Y ajenos al veto de la iglesia a Oteiza, a la Comisión diocesana de Arte Sacro y al obispo de San Sebastian, no dudaron en subirse a los andamios e inmortalizarse en estas maravillosas fotografías.
¿Los reconocéis?
Son: J. Bengoa, J.R Garai, R. San Pedro, I Agirre, J.L. Garmendia y A. Garai.
J.A. Barrutiabengoa
AZE kideak.
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Parece difícil que semejantes elementos estuvieran esperando su ingreso como futuros frailes franciscanos. Sabemos que fueron a Urbia a pasárselo bien y durmieron en una txabola de pastores. Y ajenos al veto de la iglesia a Oteiza, a la Comisión diocesana de Arte Sacro y al obispo de San Sebastian datafellows.net/4-talleres-sobre-comunicacion-basica-que-debes-conocer/
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