Iñigo Arregi. El día que decidió que iba a ser artista.

By Alfonso Donnay - domingo, marzo 29, 2020




Esta foto de cabecera, tiene 50 años. Estamos en la primavera del año 1969 y nos traslada al momento en el que se comenzaron a colocar los apóstoles de Oteiza en el friso de la basílica de Aranzazu.


En un post anterior titulado "Los apostoles de...Arrasate" que publicamos en junio, ya hablamos de las vicisitudes de los Apostoles de Oteiza, aprovechando unas magnificas fotos de aquella época, en las que unos cuantos jóvenes de Arrasate, quisieron hacer su aportación particular a la obra del artista oriotarra.
Pero "la aportación de Arrasate" en Aranzazu y la relación con la obra de Oteiza, no terminó ahí.


Ciñéndonos a a la fotografía de cabecera, el joven que mira a cámara, no es otro que Iñigo Arregi. Nacido en 1954, con 12 años ingresó en Aranzazu (iba para fraile) y como él cuenta en una entrevista que le hizo Josemari Velez de Mendizabal para Euskonews, le impactó mucho el hecho de que en una de las últimas curvas de la carretera, antes de llegar a la basílica, estuvieran tiradas unas cuantas esculturas. 


A raíz de eso, Iñigo se interesó por el proyecto y por lo que representaba. Entonces se enteró de qué "por esas cosas que tiene la iglesia" a veces incomprensibles, se había vetado la obra de Oteiza y que las esculturas llevaban 14 largos años durmiendo en la cuneta, al borde de la carretera. Seguramente, no podía entender cómo se maltrataba a un artista cómo Oteiza y a su obra.

El 1 de noviembre de 1968, Oteiza vuelve a Aranzazu a terminar su obra y a mediados de junio de 1969, finalizó la colocación de los 14 apóstoles. 
El 21 de octubre, la obra de Oteiza culmina con la colocación de "La Piedad".



Por lo tanto, Iñigo asistió en primera persona a la colocación de las esculturas,  vivió todo el proceso muy de cerca, conoció a Oteiza y  a su mano derecha, y él cuenta,  que fue entonces, en aquella época, cuando tomo la sabia decisión de  que "iba a ser artista".




Estuvo cuatro años en Aranzazu y cuando salió, se volcó de lleno en el mundo del arte. Contactó con los diferentes movimientos  artísticos de Euskal Herria y así hasta hoy. 
La primera exposición la hizo a los 18 años, y desde entonces, prácticamente no ha dejado de hacerlo ningún año.



Pero no todo ha sido escultura en la obra de Iñigo. Comenzó con la pintura y cómo él ha comentado en diferentes ocasiones, esto se debía a que en sus inicios, no disponía de los medios ni de las infraestructuras necesarias para ser escultor. Pero la escultura, de una forma u otra, siempre estaba presente en su día a día y nunca la abandono.




Seguramente debemos de estar agradecidos a la Iglesia, por la incapacidad que tuvo para adaptarse a los tiempos (como ocurre todavía hoy  día). Perdieron probablemente un buen franciscano, pero nosotros ganamos un grandísimo artista.




Y ahora, se ha jubilado. hace bastantes meses que ha cerrado su tienda de "Arte y Enmarcación" de la calle Madalena, pero la actividad creativa no para y los proyectos continúan. Ese espacio donde tenía su negocio,  lo va a dedicar a exponer y dar a conocer su obra. Iñigo zorte asko, merezi duzulako!!




Más sobre Iñigo Arregi: 
Página web
Hots begi Danbolinak (Josemari Velez de Mendizabal)
Etorkizuna Eorkizun (Josemari Velez de Mendizabal)
Goiena
Diario Vasco

Fotos: Cabecera cedida por el propio artista. Oteiza y apóstoles en la cuneta (Diario Vasco), Ricardo Ugarte-Oteiza Museoa
Resto de fotografías: Joxefe Diaz de Tuesta (Atauri) y AZE.



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