Mondragón en la guerra franco-española (1794-1795)

By Alfonso Donnay - sábado, noviembre 17, 2018


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Al estallar la guerra (Marzo 1793) entre las potencias coaligadas de una parte y la recién nacida “República francesa” por la otra, los iniciales éxitos aliados fueron contrarrestados por los “convencionales” franceses que tomaron del revés las defensas fronterizas de Guipúzcoa, al entrar en ella a través del Baztán (25/07/1794). Diez días más tarde capitulaba San Sebastián, sin lucha.
Siguieron los franceses avanzando en toda la línea, tomando Tolosa el 9 de Agosto, mientras el ejército español al mando del Conde de la Colomera se retiraba hacia Navarra. Guipúzcoa quedaba así a merced del enemigo.
Al tenerse noticia en Mondragón de la caída de Tolosa, la parroquia procuró poner a salvo sus objetos más valiosos. D. Joaquín de Marcaide se encargó de “sacar los ornamentos y algunos cajones con la plata de la iglesia y custodiarlos fuera de ella.”
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Para finales de Agosto la vanguardia francesa había ocupado la cuenca del rio Deba entre Vergara y Motrico y aún se adentraron en Vizcaya ocupando Berriatua, Ermua y Ondarroa, arrasando estas dos últimas. Cuatro calles de Éibar y su Casa Consistorial quedaron reducidas a cenizas. Ante una briosa contraofensiva vizcaína, los invasores se replegaron hasta la línea del Deba donde se estabilizaría con esporádicas incursiones hasta Julio de 1795.
A pesar de la proximidad de los franceses (atacaron Vergara y Éibar el 29 de agosto), en esta ocasión Mondragón se vio libre de la invasión.
A la llegada de los franceses, se manifestaron en la provincia dos corrientes de opinión. La de aquellos que por simpatía o por rechazo a las tendencias centralistas de Madrid estaban dispuestos a escuchar y negociar con los “convencionales” franceses y la de aquellos que nada querían con los invasores “enemigos de Dios, de los hombres y de la naturaleza” y permanecían fieles al gobierno de Su Majestad.
La Junta Particular extraordinaria de la Provincia reunida en Guetaria se adhirió a la primera corriente, tratando de conseguir un trato favorable para la Provincia.
Album siglo XIX
Dada la mentalidad anticatólica y centralista de los republicanos franceses, las negociaciones no podían tener buen resultado. El ultimátum de los convencionales no se hizo esperar; Guipúzcoa pedía su incorporación incondicional a Francia o se consideraba como país conquistado. Los “Junteros” de Guetaria optaron por la segunda solución. Los cuarenta representantes guipuzcoanos fueron presos y conducidos a la ciudadela de Bayona.
Naturalmente el gobierno de Madrid no podía ver con buenos ojos estas negociaciones. Godoy manifestó a Colomera lo mucho que había desagradado al Rey la conducta de la expresada Diputación de Guetaria, encargándole fomentase al partido que seguía las ideas opuestas a la citada Diputación.
D. Mateo de Heriz -que residía en Aramayona- haciéndose eco de esta orden ministerial se presentó en Mondragón y convenció a D. Juan Prudencio de Ugarte, cura de Uribarri, para que hablara con su hermano Pedro Ignacio, Síndico del Ayuntamiento y le animara a hablar con sus compañeros para que nuestra corporación convocara a una reunión a todos los pueblos no ocupados por el enemigo. En esa reunión se constituiría una nueva Diputación de Guipúzcoa.
El Sr. Heriz habló también del asunto “al Sr. Alcalde…al Comandante de Armas y otras varias personas eclesiásticas y civiles” convenciéndoles, de que “la tal junta podría convocarse en esta villa como la más lejana del exercito enemigo y la más acomodada para realizar aquel proyecto.”
Nuestro Ayuntamiento patrocina la idea del Sr. Heriz y envía una convocatoria a los 18 pueblos libres de dominio francés y estos mandaron sus representantes que, se reunieron en Mondragón el día 1 de Septiembre.
En esta Junta “se estableció el buen orden y Gobierno…; se hizo nombramiento de Diputados y empleados de esta Provincia” “…De lo que se siguió el restablecimiento del Gobierno de esta Provincia y de que se pusiese en esta villa el Cuartel general de nuestro Ejército”

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Al entrar por sorpresa en Vergara los franceses (28/11/1794) se convocó en Mondragón un “Consejo de Guerra” en el que el Marqués de Rubi (General en Jefe del Sector de Guipúzcoa) manifestó. “En este pueblo no hay un momento de seguridad: toda la provincia de Guipúzcoa debe reputarse ya por conquistada y doy la orden para que la tropa se retire a lo alto del puerto de Salinas y punto de Arlaban, territorio de Álava.”
En vista de estas manifestaciones, la Diputación salió aquella misma noche con dirección a Vitoria, donde instaló su sede, dando cuenta inmediata de esta decisión al Rey que, lo aprobó.

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Mondragón en sesión del Ayuntamiento declaró manifestarse “muy sentida de que la Diputación hubiese abandonado el suelo de la provincia y de no reconocer a la Diputación mientras esté fuera de su distrito.”
Esta carta apresuró el retorno de la Diputación a Salinas donde se estableció el 19 de Diciembre.
El convento de San Agustín había sido ocupado por la tropa francesa como cuartel por lo que la Superiora pedía a la corporación que “conservara como suya este convento, siempre que las circunstancias lo permitan.”
El 16 de Diciembre fue ahorcado en la plaza de Mondragón, por espía José de Echeverría, natural y vecino de Azpeitia y se emplazó una batería “en la cima del castillo.” (Santa Bárbara). 
A primeros de Marzo se declaró en nuestra villa una terrible epidemia de tifus que acabó con la vida de 246 personas (12% de la población), mientras que al ejército francés causó más de 30.000 bajas (F. de Lasala Pág. 27)
El 24 de Junio la “Diputación de Salinas” ordenaba a los ayuntamientos bajo su jurisdicción que enviaran representantes a la Junta General que se celebraría en aquella villa. En esta Junta se nombró la nueva Diputación y poco más pudieron hacer los representantes pues tuvieron que huir precipitadamente ya que los franceses roto el frente, avanzaban rápidamente. Ocuparon Mondragón el 16 de Julio por la mañana. A los pocos días habían llegado a Miranda de Ebro.

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Los diputados de Salinas, huyendo, habían establecido su sede en Briviesca (Burgos).
Mientras tanto, se había firmado el tratado de paz de Basilea que, ponía fin a la guerra y que no se hizo público hasta mediados del mes siguiente.
Finalizado el conflicto, resultó que la provincia tenía dos Diputaciones: la de Guetaria (anterior a la guerra) que el día 10 de Agosto convocaba a todos los pueblos a una Junta General a celebrar en Cestona (villa a la que correspondía por turno) y la de Salinas que contaba con el apoyo de S.M.
Mondragón pedía instrucciones al Delegado Regio quien manifestaba que “no debía considerar legítima la autoridad de la Diputación de Guetaria y por lo tanto debe abstenerse de acudir a Cestona.”
Varios pueblos (Éibar, Elgoibar, Elgueta, …) consultaron con Mondragón la actitud que deberían tomar en el caso, conformándose de antemano con lo que nuestra villa decidiera. Desde aquí se enviaron cuatro emisarios que rápidamente marcharon al mayor número de pueblos para indicarles que no enviaran representantes a Cestona, pudiendo llegar a tiempo a pueblos bastante alejados, como a la propia Cestona, Deva, Cegama, Villafranca, etc.

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El 22 de Agosto, el alcalde de Cestona, comunica al de Mondragón que en vista del aviso recibido “habían suspendido la Junta” y así se lo habían comunicado “a algunos sujetos que llegaron en calidad de apoderados.”
Dos días más tarde Godoy comunica al Delegado Regio que S.M. desea que la Diputación de Salinas (todavía exiliada en Briviesca) se traslade a su antigua residencia o a otro pueblo del centro de la provincia, desde donde se pueda comunicar con prontitud las Ordenes y Oficios que convenga. Esta abandona Briviesca para instalarse en Vitoria donde eligen como sede de la autoridad provincial la villa de Villafranca de Oria. Sin embargo, esta decisión no se llevó a cabo debido a la enfermedad que obligó al “delegado regio” a quedarse en Mondragón cuando iba camino de la villa de Oria.
A finales de Agosto, las tropas francesas continuaban ocupando Guipúzcoa mientras preparaban la retirada a su país colocando guarniciones en cada pueblo “para evitar todo insulto en el tránsito que el exercito francés debe hacer por ellos”
Los últimos soldados franceses abandonaron Mondragón el 30 de Agosto, habiendo permanecido en nuestro pueblo 46 días.
Finalmente, el Sr “Diputado General” anunciaba a todos los pueblos de la provincia que S.M. había decidido la celebración de Juntas Generales en el pueblo de turno (Cestona). El oficio está fechado en Mondragón el 16 de Noviembre.

Así se cerraba el paréntesis abierto en la política de Guipúzcoa a la llegada de los soldados de la Revolución francesa.

Jose Angel Barrutiabengoa
AZE kidea.

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